felicidad

 

Hoy es el Día Mundial de la Felicidad. Será por ello que a los medios de comunicación les ha dado por hablar de ella, de cómo se mide, de cómo se consigue, de qué hay que hacer para ser feliz, de cómo la falta de empleo ha mermado la felicidad entre los españoles y sobre qué se necesita para ser feliz… En este punto no puedo evitar acordarme de la pirámide de las necesidades de Maslow, quien elaboró en los años 50 del siglo pasado una teoría que aún es hoy usada por muchos psicólogos y profesionales del mundo del crecimiento personal.

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Maslow defendía que las primeras necesidades que tienen que satisfacer  los humanos son aquellas relativas a su fisiología, las necesidades más básicas, instintivas, tales como alimentarse, descansar o tener sexo. Una vez satisfechas esas necesidades estarían aquellas ligadas a la seguridad física, al empleo, los recursos y a la familia, entre otras. Esas necesidades son precisamente las que se están viendo amenazadas en este momento de crisis económica: si hay millones de personas sin empleo, sin seguridad física, ¿cómo lograr la felicidad?

Ésa es la disyuntiva a la que se enfrentan miles de españoles en este momento, en el que la seguridad económica e incluso el tener una vivienda son derechos que se están viendo seriamente amenazados. La única salida para encontrar la felicidad o la autorrealización es, según la teoría de Maslow, afianzar esa base de la pirámide.

Es en éste punto en el que entra bajo, mi punto de vista, el poder del autoconocimiento. Para encontrar trabajo y para tener nuevas opciones a la hora de emprender y de avanzar es fundamental conocerse bien, saber cuáles son tus recursos y también cuáles son tus frenos, aquello que te impide alcanzar los objetivos que te marcas. Ese trabajo se puede hacer a través del coaching o de la terapia para detectar lo que podemos llamar los talentos internos y para detectar nuestra vocación vital.

¿Qué te hace feliz?

¿Alguna vez te has preguntado qué es eso que tú sabes hacer mejor que nadie, con lo que disfrutas y fluyes y para lo que pareces estar bendecido? ¿Alguna vez te has parado a pensar a qué te dedicarías si supieras de antemano que no vas a fracasar? ¿Te has imaginado a qué te dedicarías si tuvieras todo el dinero del mundo y sólo tuvieras que preocuparte por hacer eso que te gusta? Éstas son preguntas potentes que usamos en el coaching para encontrar tu vocación, tu talento en la vida, eso con lo que fluyes y que te hace especial.

En este punto me acuerdo de un libro del que ya he hablado en este blog, ‘Las 7 leyes espirituales del éxito’, de Deepak Chopra, quien defiende que cuando hacemos aquello para lo que hemos nacido, para lo que estamos programados, la seguridad económica y el éxito vienen solos y no hay que preocuparse por lo económico. En ese momento, estamos alineados con la vida y la vida fluye por sí sola, incluido en el plano económico.

¿Qué se necesita para ser feliz?

En ocasiones, y según he podido ver con algunos de mis clientes de coaching y en mi experiencia en la vida, lo difícil es aceptar esa misión y ser capaz de decirla en voz alta. En ocasiones requiere una alta dosis de humildad y de determinación. Imagínate que, por ejemplo, llevas toda tu vida estudiando, invirtiendo en másters para ser un gran experto en leyes internacionales y de repente te das cuenta de que tu vocación es la de cultivar bonsáis y que te quieres dedicar a ello con todas tus fuerzas y energías. Tus amigos, la gente de tu entorno, te dirán que has caído en la locura, que qué estás haciendo. Por no decir que de experto en algo pasarás a ser un principiante, alguien que tiene de nuevo todo el camino que recorrer por delante.

Estoy convencida de que cuando somos sinceros con nosotros mismos y seguimos nuestra vocación la autorrealización de la que hablaba Maslow viene por sí sola. Estando alineados con la vida y estando en ella sin miedo, haciendo eso para lo que hemos nacido, el resto es fácil: la amistad, el afecto, la pareja, la confianza, el éxito e incluso la autorrealización, la cúspide de la pirámide de Maslow, vienen por sí solos.