Diferentes personalidades, diferentes formas de amar. Ésta puede ser la síntesis de la teoría de los tres amores de Claudio Naranjo, psiquiatra chileno y, me atrevería a decir, la persona que más sabe sobre eneagrama en el mundo. Yo, me confieso, soy fan del eneagrama. Gracias al eneagrama estoy haciendo lo que estoy haciendo porque ésa fuer mi puerta de entrada en este mundo, lo que me despertó la curiosidad para profundizar más en quien soy y en cuáles son las motivaciones de los seres humanos para hacer lo que hacemos y ser quienes somos.

Para quienes no lo sepáis el eneagrama es un mapa del carácter humano: establece nueve tipo diferentes de personalidades con nueve motivaciones básicas, con nueve maneras de comportarnos y de estar en el mundo. Son, por así decirlo, nueve gafas diferentes a través de las que vemos la vida.

Ya, ya sé que hay algunos que no creéis que el ser humano se pueda encasillar hasta tal extremo y estáis convencidos de cada uno de nosotros somos diferentes. Por supuesto que cada uno tenemos una esencia única, un ser, podríamos llamarlo, pero por lo demás todos tenemos motivaciones más o menos parecidas. Tengo la suerte de estar formándome y transformándome -sobre todo transformándome- en esto del eneagrama con Claudio Naranjo y con terapeutas que ya se han formado con él y puedo decir que el Programa SAT que él lleva ya varias décadas impartiendo por el mundo es una escuela muy potente de transformación y de encuentro con la esencia de cada uno y la herramienta principal que usa ahí, la guía por así decirlo, es precisamente el eneagrama.

No es del eneagrama de lo que quiero hablar en este post, de lo que quiero hablar es del amor. Sí, del amor. Acabo de encontrarme en el muro de Facebook de un compañero de viaje, Lorenzo Barnó, la ilustración que encabeza el artículo y un comentario sobre los tres amores, lo que podríamos llamar las tres maneras básicas de amar que todos tenemos según Claudio Naranjo.

La teoría de Naranjo es que hay tres tipos de amores: el Eros o erótico, el maternal y el admirativo. Dependiendo del carácter que tengamos, en cada uno de nosotros prevalece una manera u otro de amar. El Eros se asocia con el amor erótico. Es el amor más instintivo, más carnal, el deseo, el disfrute, podríamos decir, y se asemeja a la forma de amar espontánea y sin juicio que tiene el niño.

El amor maternal está relacionado con el cuidado, la protección, el amor compasivo y la ternura. A mí la imagen que me sirve para entender este tipo de amor es el de la madre que acuna a su bebé y le brinda todo el amor del mundo. Por último estaría el amor admirativo, el amor devocional, ése que se profesa hacia los maestros y que se eleva hacia arriba, hacia lo más elevado y hacia eso que algunos pueden llamar Dios, Buda o Alá.

En cada uno de nosotros predomina uno de esos amores y, a la vez, tenemos serias dificultades para contactar con los otros dos o, al menos, con uno. También es normal que al buscar una pareja lo hagamos buscando un determinado tipo de amor que puede ser el que más nos falta.

Lo ideal es el equilibrio: ser capaces de vivir los tres amores, ser capaces de pasar por el amor erótico, el maternal y el admirativo, ser capaces de dar estos tres amores y también de recibirlos. Sólo integrando los tres logramos eso que se da en llamar la realización. ¿Cuál es de estos tres amores crees que predomina en ti? ¿Y cuál te resulta más difícil de vivir? Saberlo es un buen punto de partida para empezar a conocerte mejor.